Plena Inclusión Madrid

Experiencias en primera persona

Como madre de un niño con discapacidad creo que la importancia de la atención temprana es fundamental. Mi hijo ha estado recibiendo atención temprana desde los 21 meses hasta los 6 años y actualmente, con 13 años, continúa en el mismo centro donde comenzó su intervención temprana.

El diagnóstico temprano y preciso fue crucial para nosotros. Sentir que inmediatamente comenzaron a trabajar con mi hijo nos brindó un rayo de esperanza en un momento de dolor y gran incertidumbre. Navegar por un mundo desconocido, sin referencias ni expectativas claras, fue abrumador. Sin embargo, la atención temprana nos brindó el apoyo necesario. Ver a profesionales comprometidos ayudando a mi hijo y presenciar su progreso nos dio fuerzas para seguir adelante. La ventana de tiempo en la que los niños son como esponjas, absorbiendo todo a su alrededor, es crucial.

La presencia de la atención temprana no solo benefició a mi hijo, sino que también brindó un invaluable apoyo a nuestra familia. Conocer a otras familias en situaciones similares a través de este proceso fue reconfortante y enriquecedor a nivel personal y familiar.

Es esencial destacar que la atención temprana no solo se enfoca en el niño y sus necesidades, sino que también ofrece un apoyo significativo a las familias que enfrentan el desafío de la discapacidad. La importancia de contar con profesionales que ayuden tanto al niño como a la familia no puede, ni debe, ser subestimada.

Invertir en la atención temprana es crucial para el desarrollo integral de los niños, ya que les brinda las herramientas necesarias para convertirse en adultos funcionales y contribuir positivamente a la sociedad en el futuro.

Autor/a

Ana Arévalo, madre de un chico de 13 años con discapacidad.

Atendido en Centro de Atención Temprana de Apascovi.

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