La Atención Temprana es fundamental en el desarrollo de los niños, pudiendo ser determinante en su crecimiento emocional, cognitivo y social. Hoy asistimos a un cambio de paradigma que da importancia al trabajo con el niño, su familia y el contexto en el que se desarrolla. El trabajo terapéutico con la familia y el entorno permite generalizar los aprendizajes e incorporarlos en sus rutinas diarias.
Por esta razón debemos crear espacios comunes, de la mano, con confianza y con una meta unificada. Damos voz a las familias sobre su precepción de la atención recibida:
"En el Centro de Atención Temprana, ya desde antes de que naciera Nico, nos hacían seguimiento semanal preocupándose por su salud y por nosotros. Y una vez tuvimos a Nico en casa, comenzamos a planificar juntos rápidamente su atención temprana, sus necesidades de estimulación, de fisioterapia…y esto fue crucial para el desarrollo de nuestro hijo desde su nacimiento.
"Gracias a la evaluación, el asesoramiento y la rapidez con la que los profesionales informan y ayudan a las familias desde que entran en contacto con ellos, la evolución y la calidad de vida de nuestros hijos se ve mejorada en muchos aspectos". "Además de la excepcional ayuda que prestan en la gestión del más que ingente papeleo y gestiones burocráticas que conlleva todo el tema del reconocimiento de la discapacidad, la dependencia, la solicitud de plaza pública de atención temprana…que son cosas nuevas para todos y no siempre fáciles de gestionar en esos momentos".
Gema Fernández-Clemente, madre de un niño de siete años con síndrome de Down
Mayor autonomía y acompañamiento
Es importante desarrollar programas de intervención que fomenten mayor autonomía en las habilidades básicas de su vida diaria a través de objetivos funcionales, que buscan alcanzar competencias básicas y dotar a la persona de estrategias que permitan poner en juego sus recursos personales (habilidades, actitudes, conocimientos y experiencias) para actuar de manera activa y responsable en la sociedad.
"Otro punto fuerte es el acompañamiento entre las propias familias gracias a los grupos de abuelos, hermanos y de padres que se crean y que tanto ayudan en los primeros años". "El acompañamiento ayuda a generar un ecosistema propio, a enfocar las nuevas situaciones, es algo que en nuestro caso nos enriquece mucho".
"Hemos tenido la suerte de conocer y trabajar con un montón de buenos profesionales y mejores personas, comprometidas con su trabajo y vocación y entre todos han conseguido que Nicolás hoy, a sus casi 7 años, sea un niño con el mejor desarrollo físico, intelectual y emocional que puede tener según sus capacidades".
Gema Fernández-Clemente, madre de un niño de siete años con síndrome de Down
Autora
Elena López-Rioboo Moreno, directora Centro de Atención Temprana de Down Madrid.