Las personas con autismo tienen potencial laboral, que se materializa con apoyo y entendimiento especializados. Para emplear a estos profesionales es necesario centrarse en sus habilidades escondidas detrás de su discapacidad y convertirlas en una ventaja competitiva, y proveer del apoyo necesario al profesional y a la empresa.
Specialisterne, empresa social danesa cuya misión es crear trabajo para personas con autismo.
Acabando el año 2015 en Argentina, el periódico La Nación incluye una hoja entera a una entrevista al director de diversidad de la empresa SAP, Niarchos Pombo. Como titular del artículo se lee “el 1% de nuestra plantilla tendrá autismo para 2020”. Buenas noticias que uno espera que dejen de ser noticia y pasen a ser normalidad. Y para eso lo mejor es difundir el trabajo que se está haciendo para que se extienda y sea incorporado por cuantas más empresas mejor. Y por eso, el 2016 comienzo escribiendo sobre esta (buena) noticia.
SAP es una empresa internacional de software con una amplia agenda para aumentar la diversidad de su plantilla. Sus planes incluyen aumentar el número de mujeres en cargos de gerencia, tener en cuenta diferentes religiones, distintas razas, y demás aspectos que nos diferencian a unos de otros. Como bien describen, la diversidad y la inclusión no son sinónimos; un equipo de trabajo puede estar constituido por personas muy distintas (diversidad), pero no estar cohesionado (inclusión). Para que el entorno laboral sea inclusivo deben existir mecanismos para que esas diferencias sean entendidas, y las sinergias efectivamente se produzcan. Por ello, cuando decidieron incorporar en su estrategia de diversidad a personas con autismo, en SAP entendieron que tenían que ir de la mano de especialistas. Por ello, en 2013 SAP se asoció con la empresa social danesa Specialisterne cuyo objetivo es crear oportunidades laborales para personas con autismo. La iniciativa empezó con dos pilotos, en Irlanda y la India, y posteriormente siguió en Alemania y Estados Unidos, con mucha expectación por parte de los medios y las familias de profesionales con autismo. Specialisterne tiene también presencia en España con sedes en Barcelona y Madrid.
Crear puestos de trabajo para personas con autismo (u otras discapacidades) no es suficiente para una verdadera inclusión, y por lo tanto para una diversidad sostenible en la plantilla de la empresa. Las personas con autismo, así como personas con discapacidad intelectual, tienen otra manera de comunicarse; comprender esto es esencial para que su valor añadido pueda ser realmente percibido por la empresa, y para que el trabajador pueda realizar sus tareas encomendadas. Adicionalmente, el entorno laboral impacta sobre la persona con autismo, por lo que una empresa con ruido constante o colores estridentes, por ejemplo, puede no ser un ambiente laboral adecuado para dicho trabajador. Como explica el director de la empresa Specialisterne, Thorkil Sonne, para un trabajador con autismo es fundamental tener objetivos claros y específicos, saber que tiene a alguien a quien acudir en todo momento, y facilitar los apoyos necesarios para que participe activamente en trabajos de equipo o reuniones si son necesarias. Actualmente las entrevistas de trabajo valoran en un candidato su flexibilidad, empatía, trabajo en equipo, y capacidad para manejarse bien en situaciones de estrés. Hay trabajadores con autismo muy capacitados para las funciones técnicas de un puesto que pueden no cumplir estas condiciones por lo que se está perdiendo la oportunidad de crear valor para ambas partes. Las personas con autismo, si bien tienen perfiles distintos, suelen tener una alta capacidad de concentración, comprender procesos lógicos y ser precisos. Además son personas que suelen decir lo que piensan, lo que trae honestidad a los equipos de trabajo diciendo aquellas “verdades” más difíciles de discutir por otros trabajadores. Efectivamente, un trabajador con autismo puede cambiar las dinámicas laborales, pero con el apoyo y entendimiento adecuados, esto se transforma en valor para la empresa.
En SAP han buscado personas con autismo para identificar problemas de software, para asignar consultas de los clientes al resto del equipo técnico, o para escribir manuales para los consumidores con explicaciones muy detalladas sobre como usar los productos de la empresa, entre otros. La experiencia de la empresa SAP es un ejemplo fundamental porque está demostrando que contratar a profesionales con autismo tiene sentido para la empresa y no es un acto de solidaridad, si no de “smart business” (negocio inteligente). Igualmente, CincoDías recientemente ha publicado un artículo en el que el presidente de la Cámara de Comercio de Madrid afirma que “las personas con capacidades diferentes constituyen una fuerza laboral de incalculable valor, por su capacidad de esfuerzo y superación”. Pero además, siguiendo una entrevista a Thorkil, las personas con discapacidad que forman parte del mercado laboral consiguen finalmente sentirse valoradas e integradas en la socidedad. Y la sociedad a su vez aprende a ver el valor y habilidades que aportan las personas con discapacidad, dejando de centrar la atención en sus diferencias. Y es que la verdadera inclusión laboral tiene un impacto positivo visible más allá de los resultados financieros de la empresa.
Cristina López Mayher, Técnico Comercial y Economista del Estado, con un máster en Gestión del Desarrollo Internacional por la American University (Washington DC).