Fundación Aprocor participa en el proyecto Mi Casa, que busca que personas con grandes necesidades de apoyo vivan en comunidad.
Cuatro personas con discapacidad están a punto de iniciar una vida independiente. María es una de ellas.
María está nerviosa por este cambio en su vida.
María contará con apoyos profesionales en el piso. Ella y sus compañeros de piso han participado en las entrevistas de selección.
Fueron con las personas candidatas a realizar una actividad real: comprar el menaje de la casa.
En esa actividad decidieron si eran las más adecuadas para que vivieran con ellos.
Joana Valvuena es la responsable de la vivienda.
Joana dice que es importante que las personas con discapacidad intelectual decidan, y que hay que adaptar la entrevista tradicional para hacer posible esa decisión.
Carlota es una de las personas que prestará apoyos en el piso.
Carlota nos dice que fue una entrevista diferente, pero que es una buena práctica a implantar.
Carlota acaba de incorporarse como persona de apoyo en uno de los pisos de Fundación Inclusión y Apoyo Aprocor que forman parte del proyecto ‘Mi Casa: Una Vida en Comunidad’. Como cualquier persona en búsqueda de empleo, encontró una oferta, aplicó enviando su currículum y entró en un proceso de selección de personal muy innovador.
Nos cuenta cómo funciona este proceso Joana Valbuena, responsable de la vivienda, quien destaca que consta de dos fases: una primera preselección y una segunda entrevista con las personas con discapacidad intelectual. Esta segunda entrevista, nos dice, requiere de adaptaciones importantes porque hablamos de personas con grandes necesidades de apoyo.
“No funciona la entrevista típica a la que estamos acostumbrados. Pensamos en otras opciones, y como el proyecto tiene una vertiente importante de ‘comunidad’ y teníamos que comprar el menaje de la vivienda, aprovechamos para que interactuaran en esa actividad, en una situación real, para ver su estilo de apoyo en la toma de decisiones, la forma de hacerles participar…”
Independizarse a los 39
A sus 39 años, María es una de las personas que sale por primera vez del domicilio familiar para ocupar una de las cuatro habitaciones que comprende esta vivienda en la que vivirá junto a otras tres personas.
María reconoce sentir vértigo y un poco de miedo ante el cambio que va a dar su vida. Recuerda el primer encuentro con Carlota y con Edu – otra profesional que trabajará en el piso – en la tienda en la que compraron el menaje y nos cuenta que recibieron apoyos para pensar, elegir y pagar. “Las personas que vivan con nosotros tienen que ser majos y tratarnos bien” afirma.
“Me ha gustado decidir quién va a apoyarme. Mi opinión es importante”
Apostar por la participación activa
Que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo participen en los procesos de selección de personal es algo que vienen poniendo en práctica desde hace años en la Fundación Inclusión y Apoyo Aprocor.
“Lo hacen de manera muy variada, en función de las necesidades de apoyo de cada persona. A veces, preparamos una batería de preguntas. Otras, la manera más adecuada requiere interactuar en un desayuno, en una barbacoa, o como en este proyecto ‘Mi Casa’ en una actividad real. Esa interacción nos ofrece mucha información porque comprobamos y vemos cómo se sienten las personas”, explica Joana.
Para Carlota, que al igual que María y el resto de personas que vivirán en la vivienda espera la autorización administrativa de la Comunidad de Madrid para pasar su primera noche fuera de casa, “fue una entrevista muy novedosa. Algo diferente pero muy guay” expresa, y valora esta experiencia como una buena práctica a implantar.
“Tiene sentido que sean personas con discapacidad intelectual quienes decidan con quién compartir su día a día”
Un proyecto de innovación con alto impacto social
Mi Casa: Una Vida en Comunidad, es un proyecto de innovación social que propone una vida en la que las personas con discapacidad intelectual puedan relacionarse con sus vecinos, ir a los comercios, disfrutar de su ocio…
Joana tiene muchas expectativas en que este proyecto suponga un “cambio en las políticas, que sirva para que las personas con grandes necesidades de apoyo puedan estar en la comunidad, viviendo en la comunidad” En muchas ocasiones, como en el caso de María, es la primera vez que las personas se independizan y desde las organizaciones, nos recuerda Johana, “acompañamos ese tránsito para que disfruten de su vida independiente. Que disfruten de una vida elegida”.

Mi Casa: Una Vida en Comunidad
En la Comunidad de Madrid participan en el proyecto 5 entidades: Afanias, Apadis, Fundación Aprocor, Fundación Gil Gayarre y Pauta.
Impulsado por Plena Inclusión España, está financiado por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, a través de los fondos NextGenerationEU de la Unión Europea.