Reflexiones por San Valentín sobre el matrimonio, la familia, la paternidad y las relaciones personales

Desde el comité autonómico de representantes, con motivo del día 14 de febrero que se celebra en varios países del mundo el día de San Valentín o el día de los enamorados para resaltar la importancia del amor, queremos contar las experiencias que vivimos las personas con discapacidad intelectual relacionadas con este tema.

Según el Artículo 23, Respeto del hogar y la familia, de la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre las Personas con Discapacidad:

Los países tienen que hacer leyes para crear medidas efectivas y pertinentes para poner fin a la discriminación contra las personas con discapacidad en todas las cuestiones relacionadas con el matrimonio, la familia, la paternidad y las relaciones personales, y lograr que las personas con discapacidad estén en igualdad de condiciones con las demás.

La sociedad establece muchos prejuicios que impiden que podamos relacionarnos sin tener en cuenta si tenemos discapacidad o no.

La sociedad no da la oportunidad de conocernos desde la empatía y la igualdad,
tenemos las mismas necesidades afectivas que el resto y
consideramos que la barrera no la pone la discapacidad en sí,
las barreras las pone una sociedad no inclusiva.

Las personas con discapacidad intelectual siempre tenemos que estar junto a otras personas con discapacidad y pensamos que eso nos limita muchos las relaciones en comunidad.

Nos gustaría tener una pareja con la que estemos a gusto y podamos compartir nuestro día a día, tener la oportunidad de vivir juntos, formar una familia, decidir si queremos tener hijos o no.

Hemos preguntado a algunos compañeros y compañeras de nuestras entidades que opinan sobre las posibilidades de tener una pareja igual que el resto de la ciudadanía, piensan que tenemos los mismos derechos a tener pareja y formar una familia en las mismas condiciones que los demás.

Consideran que muchas veces son las familias las que no les permiten tener una vida íntima, tienden a protegernos y muchas veces eso genera impedimentos.  

Piensan que es mucho más difícil que una persona con discapacidad pueda tener una pareja que no tiene discapacidad, pero sería ser muy enriquecedor, ya que cada persona puede aportar cosas distintas, complementarse y apoyarse mutuamente.

Es posible tener relaciones diversas si conseguimos entendernos y superar las diferencias.

No queremos seguir soñando con poder tener una pareja y una familia, queremos que sea una realidad en nuestras vidas.

En definitiva, queremos ser los dueños y dueñas de nuestras propias vidas, para que podamos formar parte de la sociedad y queremos decidir con quien, donde y como queremos tener una relación de pareja y para eso es necesario que cojamos las riendas de nuestra propia vida.

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