Plena Inclusión Madrid

Juanjo Grande: «Todos somos artistas de alguna manera»

Juanjo Grande es músico profesional.

Dirige el proyecto ‘Big Bang’.

En este proyecto participan músicos de la Orquesta y Coros Nacionales de España (OCNE) y ocho personas con TEA.

Están haciendo una banda sonora para un película con imágenes del espacio exterior.

Las imágenes han sido obtenidas por el telescopio espacial Hubble.

Juanjo Grande afirma que la música sirve para comunicarse entre personas muy diferentes.

También dice que la música hace que personas muy distintas trabajen juntas.

Juanjo Grande es creador musical y el artífice de ‘Big Bang’, un proyecto desarrollado por Plena Inclusión Madrid y Fundación Repsol en colaboración con la Orquesta y Coros Nacionales de España (OCNE). Ocho personas con trastorno del espectro autista (TEA) y cuatro músicos profesionales colaboran para componer una banda sonora basada en la obra «Los Planetas», del compositor Gustav Holst, con el objetivo de musicalizar las imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble. Los participantes pertenecen a las entidades Pauta, ProTGD y Cepri.

Grande siempre ha defendido que “el arte conecta, es un espacio de diálogo” y esa es una de las máximas que defiende cada vez que se involucra en un proyecto con un grupo de personas como el que trabaja en ‘Big Bang. Además, es el hilo conductor de la conversación que tuvimos con él antes de una de las sesiones del proyecto en el Auditorio Nacional.

¿Cómo surge el proyecto Big Bang?

Participamos con la orquesta en un proyecto que se desarrolló en las jornadas de inclusión que organiza el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), en el que Plena Inclusión Madrid estaba involucrada. Era un proyecto con el Ballet Nacional, la Compañía Nacional de Danza y diversos colectivos agrupados en la Federación Plena Inclusión Madrid. Surgió entonces la posibilidad de que la OCNE participara con un colectivo de gente sin hogar, de la Fundación RAIS, y fue una gran experiencia. A partir de ahí, surgió la posibilidad de hacer algo puramente musical con los colectivos de Plena Inclusión Madrid, porque habían hecho muchas cosas de arte pero de música es algo que tenía pendiente.

¿Por qué se eligió concretamente la obra «Los Planetas»?

Se puede hacer con cualquier obra, pero Planetas es una obra muy atractiva en lo musical porque la escuchas y no puedes dejar de pensar en bandas sonoras, especialmente en «Star Wars». Es una obra muy icónica, ha generado un modelo a seguir en muchos compositores de música cinematográfica. Y después, por todo lo atractivo que son los planetas, el sistema solar, todo lo que te permite trabajar a partir de la música. Puedes trabajar cosas de ciencia y, de hecho, está previsto hacer una visita al Museo de la Ciencia con el grupo. Es una obra que permite muchas lecturas más allá de la música.

¿En qué consiste el proyecto de «Big Bang»?

A partir de unas imágenes del telescopio espacial Hubble, con galaxias, nebulosas y planetas, hay varias recreaciones que van a quedar como un film. Lo que estamos haciendo en los talleres es hacer la banda sonora de esas imágenes. Por ejemplo, una música para un planeta, la idea del viaje, de travesía espacial, una música, una explosión, el nacimiento de una estrella…

¿Qué objetivo tiene el proyecto?

Desarrollar la creatividad. Si tú haces un trabajo creativo con personas y lo haces bien, el beneficio es toda aquella lista clásica que conocemos: se consigue concentración, trabajo de grupo, autoestima… Todo eso viene cuando haces música con gente muy diferente, hay una cohesión de grupo entre profesionales, entre gente que no se conocía. Pones la música en el medio, dices vamos a hacer esto y todos trabajan colaborativamente en ese proyecto.

El músico Juanjo Grande


¿Cuáles son las claves para que una persona que no ha tenido una experiencia musical previa ni formación consiga hacer música?

En la orquesta siempre lo decimos y luego te das cuenta, todos somos artistas de alguna manera. En África lo tienen mucho más claro: desde que naces tú eres un artista que cantas, bailas, tocas, vives la música. Desde que eres pequeño tienes esa pulsión, no tienen escuela. Aquí está todo más reglado. Pero hacer música, por suerte, podemos hacer todos. Sencillamente hay que trabajar de una manera sencilla. Está claro que los músicos (profesionales) son una parte muy importante del proyecto porque generan un fondo musical que, en unión con las ideas de los participantes, hace que aquello suene muy interesante y sea algo especial. La clave es trabajar con ideas muy sencillas y dejando que cada persona se exprese en su medida. Habrá quien esté cómodo con un triángulo y haciendo una nota cada media hora, y habrá quien necesitará no parar de tocar. Cada uno toca como es.

¿Cuál crees que es el papel del arte, y más concretamente de la música, en la inclusión de los colectivos en riesgo de exclusión?

La música actúa como puro elemento de comunicación. Permite que personas que no se conocían o colectivos que no se conocían en un momento dado puedan trabajar juntos en un objetivo, que en este caso es crear una banda sonora. En ese sentido, la música nos aísla de todo y permite que gente muy diferente trabaje junta. Gente que posiblemente de otra manera no trabajaría junta ni colaboraría.

A veces eso pasa mucho. Yo soy de un pueblo pequeño y hacía proyectos de este tipo que juntaban a gente diferente. Allí no era un problema de inclusión, sino un problema de convivencia, de bandos. Pero estaban juntos y pensaba «lo hemos conseguido, están juntos y además no ha habido problema». Luego cuando salen se tiran de los pelos, pero por lo menos aquí dentro… Yo creo que ese es el encanto de la música, cuando la gente descubre que la música provoca esas sensaciones. Y yo creo que en el caso de la inclusión eso es una herramienta muy potente. Detrás está eso de que transforma a las personas, lo bien que te sientes, por descontado, que eso también ayuda.

Concretamente, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, ¿qué crees que supone la música en su inclusión en la sociedad?

En muchos casos es una vía de comunicación. A veces las palabras o el lenguaje verbal a esos colectivos no les proporcionan la amplia gama de comunicación que tienen otras personas. Son personas con una gama comunicativa muy amplia y a veces las palabras son un medio muy pobre. En cambio, la música es más rico y pueden expresar más fácil u honestamente que con las palabras. Hay quien tampoco conecta con la música, eso también pasa. Hay buscar caminos para que cada uno esté más cómodo en su campo.

¿Echas de menos la puesta en marcha de más proyectos similares a ‘Big Bang’ por parte de las instituciones culturales?

Claro, aunque la Orquesta creo que siempre ha estado comprometida en proyectos de este tipo. Hace falta más concienciación en las altas esferas de lo importante que son proyectos como este. Son importantes para la sociedad y para las propias instituciones. Porque los músicos que participan en un proyecto de estas características, poco o mucho, viven un antes y un después después de ello. Como decía uno de los participantes estos días, «me alegro de que sirva para algo más que para tocar unas notas delante de unos cuantos. Por fin, me alegra que mi trabajo sea algo más que tocar para unos abonados».

Aunque aún está en marcha el proyecto de ‘Big Bang’, ¿ha empezado a idear ya futuros proyectos con personas con discapacidad intelectual?

Siempre hay cosas, posibilidades. Los proyectos están siempre ahí guardados en un baúl, y algunos se quedan en el baúl y otros salen. Pero el colectivo de las personas con discapacidad intelectual tiene muchas posibilidades con la música. Hay oportunidad de hacer cosas interesantes, mezcladas con la pintura y con otras disciplinas. Son personas muy visuales.

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