Las familias con miembros con discapacidad intelectual y del desarrollo afrontan generalmente situaciones de mayor estrés y exigencia que otras familias. Numerosos trabajos apuntan a que la presencia de conductas desajustadas en su hijo o hija es uno de los factores que más incrementa el estrés y desestabiliza toda la familia.
Por ello, se requieren dar respuestas diferentes tanto en calidad como en cantidad desde un enfoque centrado en la familia, con alcance global y coordinado entre los diferentes actores que intervienen