Sesión 9 del proyecto. Es de mañana y tarde. Trabajamos mucho.
Definimos y grabamos muchas escenas, y empezamos a montar.
Los participantes van viendo como encaja todo en pantalla. Añadimos efectos especiales que ayudan a conectar con la fantasía que hemos imaginado.
Novena sesión del proyecto Hazte Ver y segunda sesión intensiva. Jaime trajo una vez más un montaje de las escenas anteriores y sugiere algunas ideas de conexión. Dedicamos la primera parte a intentar generar ideas que pudieran contribuir a un relato más o menos coherente de la ficción en general.
Logramos incluir a todos y todas en algún momento de la ficción menos a Dani, que no pudo asistir a las dos últimas sesiones. Surgen varias escenas que nos llevan directamente a la calle con escenas de persecución policial del extraterrestre.
Un diálogo que faltaba entre el policía y los detectives en la misma escena del crimen; la integración de Marina y su perro como la vecina que es testigo directo de la bajada del platillo volante y la aparición de los extraterrestres; la conversación en una calle entre los detectives y esta vecina que se vuelve enigmática y por momentos parece también abducida; Los detectives que ven de repente pasar al extraterrestre que anda paseando por ahí; Persecución y lucha final de los detectives en plena calle del barrio de las Letras hasta que finalmente vencen los detectives; Aunque vencieron, grabamos la desaparición repentina del extraterrestre que parecía muerto pero que de pronto desaparece.
Mientras tanto, había que grabar a la pareja de extraterrestres paseando hasta que se separan para que él se dedique a matar y ella a vivir una escena idílica en un parque cercano. Será en este parque donde se le acerca el otro testigo, Pablo (en la ficción) para hacerle unas preguntas enigmáticas y comprobar que nuestra extraterrestre, también desaparecería de pronto y sin dejar rastro.
Era nuestra penúltima sesión, y hemos dejado el proyecto ya, en otro punto. Suele producirse cierta aceleración de la mecánica cuando los participantes comienzan a ver con inmediatez las escenas montadas. En nuestros términos, decimos que “cuando el ciclo fílmico” (pensar, rodar y montar) se les hace cercano y comprensible.
Posiblemente el momento de más excitación colectiva era justamente cuando veían montadas (y a veces montándose) las imágenes y hay que rescatar aquí la labor de Jaime, nuestro técnico, que colocó muchos efectos especiales que les entusiasmaba especialmente.
Luces en las caras, disparos que salían de las manos y los dedos, rayos, un ovni bajando a la explanada del MediaLab, desapariciones y otros efectos que vieron integrarse en sus escenas de acción que creemos que aportaron una conexión mayor con la posibilidad de fantasía, de juego, de imaginación que tiene el cine.
Diríamos que, ellos pudieron verse en una ficción, encuadres y estéticas parecidas a las que ven y consumen de las películas.
La jornada fue intensa, fue muy divertida, nos hizo pensar otra vez mucho sobre el humor natural que podría surgir de su propio potencial dramático. La palabra disrupción aparece atravesando siempre este trabajo. Su lenguaje, sus ritmos, sus reacciones, sus fantasías, a pesar de estar contenidos dentro de un estándar formal (“estamos en el típico género policial”), tal como lo interpretan y cómo proponen contenidos, se convierte en una particularísima versión por momentos surrealista del tópico.