Plena Inclusión Madrid

Diario #2 – La fuerza de estar juntos

«La fuerza de estar juntos» es el proyecto de cerámica de Espacio Convergente.

En este proyecto participan varias personas con discapacidad intelectual del Centro Ocupacional Sufragio del Grupo Amás.

Las sesiones están dirigidas por la ceramista Simone Immink.

El trabajo de la segunda parte del proyecto fue aprender a observar para inspirarse.

Diario de sesiones #2
Residencias Espacio Convergente.
Proyecto “La fuerza de estar juntos”. Simone Immink
Espacio creativo: Centro Ocupacional Sufragio de Leganés (Grupo Amás)

En esta segunda parte del proyecto trabajamos sobre la observación como fuente de inspiración y transformación en el proceso creativo. Los cuencos hechos con tres arcillas en la última clase estaban con la dureza adecuada, gracias a que habían cuidado de su secado controlado, tapando las piezas.

Cuando la arcilla está en este estado (llamado estado de cuero) no podemos modelarla, pero se puede cortar o esculpir muy bien. Lo primero que hicimos fue comprobar que al cortar una capa de la superficie de nuestra arcilla mezclada sale un dibujo de tres colores, muy abstracto y sugerente. Pedí a los participantes que mirasen bien la mezcla de los colores y usaran su fantasía para inspirarse y realizar un dibujo más adelante. 

Después de este ejercicio de psicomotricidad fina y de desarrollo de la fantasía quería comprobar cómo llevan la psicomotricidad gruesa, con un sencillo ejercicio de fuerza. A cada participante le di media pastilla de arcilla, un palo gordo y una paleta. La idea era que hicieran una pelota grande y a base de golpes metieran el palo dentro. No era fácil, pero quería que cada uno hiciera una forma diferente, sin un modelo que copiar. Poco a poco cada uno de ellos se entusiasmaba con las formas que iban surgiendo. 

Los participantes aprendieron a ver que el proceso es también una fuente de inspiración, pues partiendo sin una idea preconcebida podemos encontrar algo interesante.  No es imprescindible tener una idea clara desde el principio, también es posible que durante el trabajo desarrollemos la capacidad de observar y cambiar nuestra idea originaria, la arcilla va transformando nuestra mirada.

Segunda sesión de la semana

Los trabajos hechos con los palos y las paletas ya estaban en estado de cuero. No solo podemos cortar y esculpirles bien en este estado, también en ese estado es el momento de pintarles con engobe (una pintura a base de arcilla) e hicimos esto con las piezas.

Mientras que esta pintura se secaba, les expliqué cómo hacer una fuente con tres arcillas diferentes y la paleta. Esta vez el objetivo era hacer un cuenco, una fuente, pegando formas de diferentes arcillas sobre media esfera de poliespán que le daría la concavidad. Algunos eligieron hacer un patrón que repetían sobre la forma del poliespán y otros pegaban aleatoriamente pedazos de arcilla. 

Tercera sesión de la semana

Llevé unas imágenes de cuencos de pulgar. Abrimos un pequeño dialogo sobre diseño (el arte de los objetos que usamos) y, por otro lado, sobre arte sin utilidad directa.  Les conté que para mí personalmente el arte, aunque no sea un objeto de uso, me sirve como expresión o reflejo de las emociones. Les propuse que mirasen cosas artísticas o simplemente los objetos a nuestro alrededor y que trajeran alguno que les interesase para hablar sobre él entre todos. 

Después de la pequeña presentación nos pusimos con las manos en la masa. La superficie de los trabajos que habían pintado el día anterior estaba ya perfecta para rallarlo con un palillo. Cada uno podía hacer su propio dibujo. 

Estoy aprendiendo mucho con los participantes.  Sobre su personalidad y diferentes actitudes y habilidades. También estoy aprendiendo personalmente. Hace tiempo que no me preguntaba por qué hacemos arte y qué nos da el arte. Reflexionar sobre ello para poder transmitir lo que sé a los participantes me enriquece muchísimo. Tengo la sensación de que el proyecto es un viaje en el que crecemos juntos.

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