Este curso es una reflexión compartida respecto a la relación de ayuda y de acompañamiento a la persona con discapacidad intelectual o del desarrollo en su proyecto de vida. El profesional asume un rol de contención ante las demandas del otro, sus necesidades, pero también de testigo y valedor de aquello que es importante y significativo en su vida.
El alumnado al finalizar el curso identificará las competencias vinculadas al “buen hacer” del profesional, que se orienta a establecer vínculos que humanizan la relación con la persona utilizando la tecnología (efectividad) y la calidez (afectividad) para transformar la relación de ayuda en excelente.