Plena Inclusión Madrid

El sueño de Hollywood, Lucrecia y el asesino

El proyecto Hazte Ver sigue avanzando. 

En esta sesión, tratamos de encajar en nuestra historia propuestas de los participantes. 

Como la canción de Jesús, el diálogo de Mar, el texto de Gloria o las fotos de Anna María. 

Ensayamos el rodaje. 

Comenzamos la séptima sesión de Hazte Ver viendo el montaje del material ya grabado.

La escena del asesinado empieza a tener una forma más definida. Jesús se muestra contento de ver la toma donde, acompañado por dos compañeros, canta su canción; al mismo tiempo comenta que necesitan ensayar más para poder acercarse a la voz original del cantante. Es en ese momento en lo que nos cuenta de su sueño, lo de llegar a Hollywood para cantar. Interviene Ana María que lo “baja a la tierra”, le dice que para eso necesita estudiar, ir a una academia, grabar un disco y encontrar el dinero para ir a Hollywood. Jesús se muestra entre decepcionado y un poco realista.

Pensamos entre todos cómo seguir la escena. Mar toma la palabra y propone un interrogatorio entre los detectives y el vecino que, descubriendo los cadáveres, llamó la policía. Mar se pone de pie y, con orgullo y timidez a la vez, presenta a los compañeros y compañeras un dialogo que había escrito en casa y que describe el interrogatorio; sugiere entonces como encajarlo en la escena y cómo seguir grabando.

Gloria, mientras, está sumergida en su ritual que ya llevamos tiempo viendo. Pide una hoja y un bolígrafo, escribe un texto que cuenta de Lucrecia, una mujer asesinada y cuando termina lo lee compartiéndolo con el grupo. Nos habla de un asesino extraterrestre que tiene una voz ronca, un asesino que se pone a llorar porque sabe que es un asesino. Nos sigue sorprendiendo por su riqueza de detalles, su coherencia y complejidad de contendidos.

Anna María ha traído fotos a través de las cuales cuenta momentos de su pasado, pero también sus sueños, será otro material que pensamos grabar para la película final.

Llega el momento del rodaje.

Las primeras escenas son en exterior, empezamos con la de Anna María cantando una canción y bailando. Seguimos con el asesino que, llegando detrás de una esquina, usando sus manos como si fueran una pistola, apunta hacia las dos mujeres que serán asesinada. Llega la policía en el lugar del acto que formula unas preguntas a los detectives. Vamos dentro, Anna María, sentada en una silla se cuenta a través de sus fotos. Recreamos una comisaria con una mesa, unas sillas y unas rejas que hacen de fondo, allá es donde tendrá lugar el interrogatorio entre los detectives y el vecino. Nos da tiempo solo a ensayar, los participantes se empeñan en preparase las preguntas para la siguiente sesión. 

Las escenas se van sumando, algunas siguen un hilo “lógico”, otras son deseos que documentamos, valorizamos. Nos preguntamos cómo encajaran, cómo les daremos un lugar. Nos quedamos en esa incertidumbre y disfrutamos de ella, algo pasará.

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